DISPARANDO A PERROS (SHOOTING DOGS) (UK/Ger) [BCC Films 2005]

Argumento:
En abril de 1994, mientras tutsies y utus, las dos étnias más extendidas de Ruanda, luchan por el poder y por su supremacía, Joe Connor (Hugh Dancy) llega allí para ayudar en una escuela y aportar algo a aquel caos. En el momento más álgido del conflicto, la escuela se convierte en campo de refugiados, donde su director (John Hurt) y Joe harán todo lo posible para mantener a la población segura, contando además con la ayuda de los cascos azules de la ONU que allí se encontraban, como observadores de la paz.
Reseña:
Esta historia, como otras muchas estás basada en hechos reales, para desgracia de nuestro mundo. Para los que no conozcan el conflicto que se vivió en Ruanda, supone uno de los mayores genocidios que existieron, con más de un millón de muertos, entre compatriotas de un mismo estado, y además, “consentido” por los países desarrollados, que se limitaron a “observar” como evolucionaba la paz, pero sin intervenir cuando se fue de las manos, e incluso abandonándolos a su suerte.
Este país centroafricano lleva desde el siglo XVI sumido en la lucha por el poder entre hutus (agricultores) y tutsis (ganaderos), que se acentuó con el gobierno por los belgas del territorio tras la Segunda Guerra Mundial, cuando crearon un carné étnico que daba la supremacía a los tutsis sobre los hutus.  Pero la película se centra en el régimen instaurado desde 1991, cuando el gobernante de la etnia hutu, puso en marcha una nueva Constitución en el país, y a la vez quiso acabar con la oposición tutsi a través del racismo, la represión contra su pueblo, y realizando masacres masivas encubiertas. En 1994, las milicias hutus, son entrenadas y equipadas por el ejército ruandés, en parte con la financiación de programas internacionales del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional (es decir, lo financiamos nosotros también), y comenzaron abiertamente con las matanzas de tutsis, apoyadas por el gobierno ruandés. La mirada de los cascos azules de la ONU, que se encontraban allí desde el acuerdo de paz entre hutus y tutsis, fueron poco efectivas en cuanto no hicieron (o no les dejaron hacer, más bien), nada más, e incluso fueron retirados de la zona en el momento más conflictivo.
Volviendo a centrarnos en la película, precisamente ella nos muestra ese momento decisivo del genocidio tutsi, reflejado en personas particulares, dos europeos, que aparentemente tienen un estatus diferente allí, y los diferentes comportamientos de una etnia y otra. Por un lado, vemos personas, que hasta ese momento habían sido racionales, se transforman por el simple hecho de pertenecer a un grupo social que se cree amenazado, y vemos el pavor reflejado en las caras de esos otros que hasta la fecha habían permanecido medianamente tranquilos, y ahora veían correr peligro sus vidas y las de sus familiares. Los cuartos en discordia son los cascos azules, que son soldados, y has sido entrenados para defender y atacar, pero que en esta ocasión están atados de pies y manos, y se sienten impotentes ante la situación que ven delante de sus ojos.
(No se si considerar esto spoiler, si crees que lo es, ponlo hasta “los que se suponen defensores de la paz”) El título de la película tiene connotación irónica, y refleja precisamente lo paradójico e hipócrita de la situación de los que se suponen defensores de la paz, que no pueden disparar contra los hutus que intentan masacrar a toda una etnia, pero sí pretenden hacerlo contra los perros que se están comiendo los cadáveres de los tutsis.
Creo que esta película es muy recomendable para aquellos que quieran ver lo que es un conflicto social de nuestros tiempos, un genocidio consentido por los países desarrollados (a los que se supone que pertenecemos), y reflexionar sobre la hipocresía de los gobernantes de estos estados, puesto que proclaman la defensa de los derechos humanos, pero efectivamente sus actuaciones no les dan la razón precisamente.

Mª del Loreto Blázquez

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