EL DÍA EUROPEO DE LA IGUALDAD SALARIAL


El primer día europeo de igualdad salarial se celebró el 5 de marzo de 2011. Este día se institucionalizó por la Unión Europea, como compromiso para con la igualdad de remuneración, en relación con uno de los principios básicos de la Unión Europea, el de no discriminación. Además, se eligió este día, en función de la diferencia salarial entre hombres y mujeres, en base al cálculo de los días que las mujeres debían trabajar para llegar a cobrar lo mismo que los hombres. Es decir, en términos anuales, las mujeres cobraban un 17’5% menos que los hombres, de forma que, para alcanzar el salario del hombre, la mujer debía trabajar, además del año correspondiente, hasta el 5 de marzo del año siguiente.

La iniciativa de instaurar este día fue el 18 de noviembre de 2008, por Resolución del Parlamento Europeo, en función de las siguientes consideraciones:

a)    “Considerando que por término medio, el salario de las mujeres en la Unión Europea es inferior en un 15% al de los hombres y hasta en un 25% en el sector privado; que la diferencia de retribución entre hombres y mujeres oscila entre el 4% y más del 25% en los Estados miembros y no parece dar signos de reducirse significativamente,
b)    Considerando que una mujer tiene que trabajar 418 días para cobrar lo mismo que un hombre durante un año,
c)     Considerando que la aplicación del principio de la igualdad de retribución para un mismo trabajo y para un trabajo de igual valor es esencial para lograr la igualdad de género,
d)    Considerando que la diferencia de retribución no debe determinarse únicamente en función de la diferencia de retribución horaria bruta, sino que también se deben tener en cuenta factores como los complementos salariales individuales, la clasificación profesional, la organización del trabajo, la experiencia profesional y la productividad, factores que deben evaluarse desde el punto de vista no sólo cuantitativo (horas de presencia física en el lugar de trabajo) sino también cualitativo, y teniendo en cuenta el impacto de la reducción del horario laboral, las vacaciones y licencias y las ausencias por tratamientos médicos en los automatismos de los sistemas de retribución;

Se pide a las instituciones europeas que organicen un día europeo por la igualdad salarial, tomando para ello el día en que, por término medio, las mujeres de Europa hayan obtenido la retribución que los hombres ganan de media en un año, y que servirá para concienciar al público sobre la diferencia de retribución existente e impulsar a todos los agentes implicados a tomar iniciativas adicionales para eliminar esa diferencia de retribución.”

Existe una pequeña confusión entre este día y el 22 de febrero, que es el día internacional por la igualdad salarial, asumido entre otros países, por España, pero no son lo mismo. De hecho, este año, el día europeo de la igualdad salarial se ha celebrado el 2 de marzo, puesto que el día concreto se basa en el cálculo mencionado anteriormente, y no en una fecha concreta prefijada en el calendario.

En 2010, la diferencia retributiva entre hombres y mujeres, a nivel europeo, era de 16,4%, según la Comisión europea, y en España, según la misma fuente, un 17%, algo superior a la media europea. La tendencia de esta diferencia es a la baja, aunque se ha visto un pequeño aumento en países como Bulgaria, Francia, Hungría, Letonia, Portugal y Rumanía. Los mejores datos se observan en Polonia y Eslovenia, con una brecha salariar inferior al 5%, mientras que los que peores datos tienen son República Checa, Estonia  y Austria, que tienen cifras superiores al 25%.

Para no llevar a equívocos, se ha de decir que estas cifras se obtienen comparando ambos sexos en igualdad de condiciones, es decir, mismo categoría profesional, misma cualificación, por lo que, técnicamente, y según el principio de igualdad, a igual empleo, debería ser, igual remuneración.

Existen diferentes factores para que esta diferencia exista. Por un lado, existe la discriminación indirecta en el trabajo, por la cual, aunque el salario, en principio sea el mismo, se emplean herramientas por parte de la empresa para no aplicar los complementos salariales por igual.

También encontramos el concepto de brecha de género, que responde a las diferentes posiciones de hombres y mujeres, y a la desigual distribución de recursos, acceso y poder en un determinado contexto. Dentro de este concepto, se encuentra la brecha salarial de género. Ésta se define como la diferencia relativa que existe en la media de ingresos brutos por hora, de mujeres y hombres, en todos los sectores de la economía.

Esta brecha salarial tiene diferentes causas:
  • ·      En cuanto a la diferencia en el desempeño de un trabajo de igual valor, como por ejemplo, el caso de una cajera de supermercado, y un mozo de almacén, que a pesar de estar en la misma categoría profesional, tiene menor salario la cajera que el mozo.
    ·         También existe la llamada “segregación del mercado laboral”.
    o    Puede ser horizontal, en cuanto que mujeres y hombres se concentran en determinados sectores de producción y empleos específicos. Un ejemplo de ello, las mujeres suelen trabajar en sectores donde el trabajo está menos valorado. Según cifras del INE de 2011, más del 40% de las mujeres trabaja en sanidad, educación y administración pública, dos veces más que los hombres. En referencia al sector de salud y trabajo social, un 80% de las personas trabajadoras son mujeres. En todos los casos, las mujeres tuvieron un salario inferior al de los hombres.
    o    Y vertical, cuando se produce en determinados grados y niveles de responsabilidad. En este caso, se puede destacar que España, tras Estados Unidos, es el país con mayor porcentaje de mujeres en la categoría laboral de “empleadas”. Cuando se trata de la categoría de “ejecutivas” con cargo directivo en la principales empresas del país, el IBEX35, se aprecia que solo un 6’8% de mujeres tienen dicho cago. Esta segregación es la conocida como techo de cristal, que impide que la mayoría de mujeres avancen en su carrera laboral.
    ·   En términos generales, la promoción y permanencia de las mujeres en el mercado laboral, se ve condicionada por los estereotipos de género, que hacen que asuman mayores responsabilidades domésticas y familiares que los hombres. Las mujeres suelen recurrir más al trabajo a tiempo parcial, para compatibilizar vida laboral y familiar. En Europa, más del 30% de las mujeres tienen este tipo de contrato, frente a un 8% de los hombres. En España, más del 75% de los contratos a tiempo parcial son mujeres.



Por todo ello, existe esta inexplicable diferencia salarial entre hombres y mujeres, que teniendo su trabajo igual valor en cuanto a categoría profesional, e incluso, realizando el mismo empleo, ven como su salario no tiene igual reconocimiento. Y es por ello, por lo que existen días como el día Europeo por la igualdad salarial, o el día de la mujer trabajadora, porque a pesar de los avances, de las esperanzas, del optimismo en lo que a igualdad laboral entre hombres y mujeres se refiere, mientras existan diferencias, no se habrá logrado ese objetivo, y todo el mundo, hombres y mujeres, no tendrán la misma consideración como personas trabajadoras, que somos todas.


Mª del Loreto Blázquez

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